No cabe la menor duda de que la relojería mecánica, a pesar de sus fuertes anclajes tradicionales, evoluciona, cambia, se adapta a los nuevos tiempos y se ve irrefrenablemente impulsada en busca de una precisión casi absoluta.
En primer lugar, es imprescindible empezar a hablar del silicio, un material que entró a formar parte de la relojería mecánica hace ya algunos años, y que ahora ha afianzado sus posiciones.
La marca pionera en el uso del silicio fue Ulysse Nardin, ya que en el año 2000 presentó el primer prototipo en silicio de su escape dual directo, y en 2002, la marca fabricó el primer muelle de volante y el primer escape en diamante artificial. En 2001, sin embargo, la firma ya había sorprendido al sector con su impresionante reloj “Freak”, un tourbillon carrousel de siete días. Posteriormente, Ulysse Nardin fue aún más lejos con su nuevo “Freak”, cuyo escape introducía un material revolucionario, el “DiamonSil®”, obtenido a partir de la unión de nanocristales sintéticos de diamante y silicio. En 2008, Ulysse Nardin demostró de nuevo la versatilidad del silicio tanto para el desarrollo de microcomponentes de precisión como para la creación de esferas en su “Silicium Sonata”. Este año, las novedades han sido el “Skeleton Manufacture”, de notable transparencia, y el “Stranger”, un reloj mecánico musical, desarrollado en interno -a partir del calibre UN-690 y según una tecnología a base de silicio- que interpreta la melodía de “Strangers in the Night”.
Otra de las grandes manufacturas que investiga a fondo el silicio es Patek Philippe. En los últimos años, Patek Philippe ha presentado dos desarrollos revolucionarios: la rueda de escape de silicio y la espiral “Spiromax®”, desarrollada por la firma junto a un destacado instituto de investigación y otros prestigiosos colaboradores relojeros. Con ella se pretende optimizar el isocronismo del reloj y la estabilidad del funcionamiento. Posteriormente, Patek Philippe presentó el escape “Pulsomax®”, que conjuga la fiabilidad y la robustez del escape de áncora suizo y, gracias a su forma inédita, lo supera en lo que se refiere a rendimiento.

OTROS MATERIALES
Aparte del silicio, las firmas investigan en numerosos y variados materiales y crean sus propios compuestos, todo ello con objeto de eliminar los problemas intrínsecos de la industria.
Así, por poner algunos ejemplos, Rolex desarrolló su muelle Parachrom, hecho a partir de una nueva aleación que lo hace antimagnético y que absorbe mejor los impactos. Jaeger-LeCoultre, por su parte, presentó en 2007 para su “Extreme LAB” un calibre que empleaba unas esferas de cerámica en el rodamiento de la carga que no requerían lubricante y que reducían considerablemente el mantenimiento.
Richard Mille, gran visionario del sector, aplicó por primera vez la nanofibra de carbono a la relojería, y mostró la eficacia de este material empleado para la elaboración de las platinas de los movimientos.
Siempre innovador y al límite de la evolución, Richard Mille ha realiza cajas con materiales tan diversos como el composite inyectado con nanotubos de carbono (“Tourbillon RM 59-01 Yohan Blake) o el zafiro. De este material es el “RM 56-01 Sapphire Crystal”.

PODEROSAS ALEACIONES
2007 es el año en el que Hublot presentó su primer reloj de producción propia, el “Mag Bag, que se diseñó y desarrolló con una nueva aleación ligera, hecha fundamentalmente de aluminio y magnesio (aleación Ag5).
Harry Winston, por su parte, desarrolló el proyecto “Z4”, dedicado a la realización de cajas de Zalium, un material ligero y muy resistente a la corrosión; se trata de una aleación de circonio y aluminio, desarrollada para su uso en motores. Y desde el año 2008, Zenith trabaja con “Zenithium”, una aleación de aluminio, titanio y niobio, desarrollada para reducir el peso, aumentar la capacidad de absorción de impactos reforzar el mecanismo y mejorar las prestaciones del reloj en general.
Richard Mille ha desarrollado “Titalyt®”, que a través de un proceso de oxidación del titanio por medio de electro-plasma, mejora la fuerza del metal, y consecuentemente su capacidad para resistir los arañazos, el desgaste y la corrosión.
Este año, Roger Dubuis ha llamado la atención de toda la industria relojera con su “Excalibur 4 Quatuor”, un reloj de curiosa arquitectura, que está disponible con caja de silicio, un material que para la construcción de cajas resulta dos veces más ligero que el titanio, cuatro veces más ligero que el acero y con una dureza equiparable a la de la cerámica.

ARQUITECTURA RELOJERA
En materias de diseño relojero, una de las innovaciones más destacadas de los últimos años, y que probablemente tendrá continuidad en el futuro, es la del escape Audemars Piguet, basado en los trabajos del relojero francés Robert Robin.
La característica más destacable de este desarrollo es que estamos ante un sistema de escape de impulso directo: se basa en la impulsión directa del volante. La rueda de escape, debido a su movimiento unidireccional, solo puede provocar impulso en una dirección. Así como el volante va y vuelve, el principio de impulso directo inevitablemente proporciona impulsos únicos, un impulso por cada dos vibraciones o dicho de otra forma, una por oscilación.
Se trata de un escape que no precisa lubricación sobre la paletas, con lo que se facilitará enormemente el mantenimiento del reloj.
Es digno de mención, asimismo, el innovador sistema de carga automática desarrollado por Richard Mille, empleado para el reloj “RM 023”. Este reloj incorpora un rotor que responde a un exclusivo diseño que permite recargar el muelle principal para adaptarlo de manera más eficaz al nivel de actividad del usuario o a las circunstancias de tiempo libre.

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FUNCIONAMIENTO CONSTANTE
Algunas creaciones proponen la eliminación de uno de los elementos que componen el órgano regulador de un reloj: la espiral.
En 2008, la gran revolución de la manufactura Girard-Perregaux -posible gracias a las particulares propiedades del silicio- fue el llamado “Constant Escapement”, así bautizado como tributo al relojero Constant Girard, uno de los padres de la marca. En su búsqueda de precisión, Girard-Perregaux consiguió desarrollar un nuevo concepto de escape, diseñado a partir de una arquitectura radicalmente distinta. Está formado por cinco piezas, entre las que se incluye una fina lámina de silicio como componente estratégico, y ha sido creado para mantener una amplitud constante hasta que toda la energía haya sido suministrada al volante. El “Constant Escapement” se aprovecha una vez más de las características intrínsecas del silicio, especialmente de la elasticidad. La lámina de silicio es más fina que un cabello humano y de sección rectangular, con un grosor de 20 micrómetros, una anchura de 1/10 mm y una longitud de apenas 20 mm. El escape no necesita un resorte en espiral, ya que la fina lámina al pasar alternativamente de un estado de tensión a otro de relajación, consigue acumular una energía que se libera convenientemente al aflojar la presión, con lo que se consigue mantener la amplitud del volante constante hasta que se agota la reserva de marcha.
Ahora, cinco años después, Girard-Perregaux ha lanzado su primer modelo de producción dotado de este innovador escape.
Decidió también prescindir de la espiral TAG Heuer para la realización de su “Mikrogirder”, que el pasado año fue merecedor de premio “Aguja de Oro” en el Grand Prix de la Relojería de Ginebra. Este reloj cuenta con un sistema regulador completamente nuevo: un acoplamiento brazo/viga que impulsa y trabaja con un oscilador lineal (frente a la clásica espiral), que vibra isocrónicamente en un ángulo muy pequeño, a diferencia de un reloj tradicional que vibra en un ángulo de hasta 320 grados.

APROVECHAR LOS CAMPOS MAGNÉTICOS
Esta misma firma, TAG Heuer, desarrolló en 2010 un curioso sistema, basado en un campo magnético. En el “Concepto Pendular TAG Heuer”, la espiral tradicional quedaba reemplazada por un muelle “invisible” o virtual, derivado de imanes. El dispositivo completo formaba un oscilador armónico. El campo magnético, generado por medio de 4 imanes de alto rendimiento, proporcionaba el par de restauración lineal necesario para las alternancias del volante. El período oscilante del “Concepto Pendular TAG Heuer” era resistente a los cambios producidos por fuerzas perturbadoras, que es lo que lo convertía en un dispositivo cronométrico excepcionalmente bueno. Sin embargo, este innovador “concept” presentaba algunos problemas que parecían insalvables, principalmente el referido a la sensibilidad térmica. Los científicos e ingenieros de TAG Heuer estudiaron este problema durante los últimos 3 años. El resultado ha dado un giro radical al conocimiento convencional: un muelle espiral invisible, formado por imanes que accionan el volante, sin pérdida de amplitud y de alta frecuencia para garantizar una precisión y una estabilidad perfectas.
El pasado año hizo su aparición el sorprendente “H1” de HYT -ganador del “Premio a la Innovación” en el Grand Prix de Relojería de Ginebra-, que supuso el encuentro entre la alta relojería y la mecánica de fluidos.

Jul.30, 2013