ESTE AÑO, JAEGER-LECOULTRE CELEBRA 180 AÑOS DE HISTORIA, UNA LARGA TRAYECTORIA JALONADA POR MÁS DE 400 PATENTES, POR 1.242 CALIBRES Y POR TODA UNA SERIE DE OBRAS MAESTRAS DE LA ALTA RELOJERÍA. CON SU NUEVA COLECCIÓN “JUBILÉE HOMMAGE À ANTOINE LECOULTRE”, LA FIRMA RINDE TRIBUTO A ESA ETERNA BÚSQUEDA DE LA EXCELENCIA, A LA NECESIDAD DE REPLANTEAR LOS CÓDIGOS ESTABLECIDOS Y AL DESEO DE ENFRENTARSE INCLUSO A LOS DESAFÍOS MÁS EXCÉNTRICOS.

UN OPORTUNO ENCUENTRO

En 1903, el relojero parisino de la Marina Edmond Jaeger retó a los relojeros suizos a fabricar los calibres extraplanos de su propia invención. Jacques-David Lecoultre, nieto del fundador y encargado de la producción de LeCoultre y Compañía, aceptó el reto. De su colaboración y de la amistad que surgió entre estos dos hombres nació una extraordinaria colección

[Antoine LeCoultre supo reunir a profesionales de todas las artes relojeras bajo un mismo techo.]

de relojes extraplanos, que incluía el reloj más plano del mundo, equipado con el calibre LeCoultre 145 (1,38 mm). Finalmente, ambos crearon la marca Jaeger-Le- Coultre. Bajo la influencia de los valores del Art Deco, los años comprendidos entre 1920 y 1930 vieron la luz los primeros iconos de la casa: el reloj “Duoplan” (1925), el péndulo perpetuo “Atmos” (1928) y el famosísimo “Reverso” (1931). El “Duoplan” ofreció una solución para la miniaturización extrema: construir su movimiento en dos pisos o dos planos, lo que permitía conservar un volante de gran tamaño y de óptima precisión. En 1929, el calibre más pequeño de la familia “Duoplan”, el “Calibre 101” pulverizó el récord del movimiento mecánico más pequeño del mundo. En cuanto al “Atmos”, este obtiene su energía de los más ínfimos cambios de temperatura. Una fluctuación de un grado lo hace funcionar durante dos días. Desde hace más de medio siglo, el “Atmos” es el regalo oficial de la Confederación Helvética a personalidades internacionales.

EL MÍTICO REVERSO

1931 es una fecha clave en la historia de la firma, ya que significó el nacimiento del “Reverso”. Con motivo de un viaje de negocios a la India, César de Trey, distribuidor de los relojes de la marca, se encontró con unos oficiales británicos amigos suyos. Estos, grandes aficionados al polo, le solicitaron la creación de un reloj capaz de soportar los duros golpes de su deporte favorito. De regreso a Suiza, de Trey le contó su proyecto a Jacques-David LeCoultre. De esta forma nació el “Reverso”, un reloj reversible en el que un simple gesto permitía girar la caja sobre su base para proteger el cristal del reloj. El “Reverso”, además, podía ser personalizado a voluntad. A partir de 1991 recibió sus primeras complicaciones. Ya en 1946, Jaeger-LeCoultre presentó su primer calibre automático: el Jaeger-LeCoultre 476. Desde entonces, la Manufactura no ha dejado de innovar en este campo: masas con topes, masas de rotor, masas de oro, cuerda unidireccional y después bidireccional, alta frecuencia, esferas de cerámica. Dignos de mención son también el “Memovox” -con función de alarma-, “Compressor” y “AMVOX” -descendientes del “Memovox Polaris”, o la línea “Master Control”, creada en 1992 para establecer un nuevo hito en la conquista de la precisión (para merecer su título de “Master”, cada reloj terminado debe superar una serie de seis severas pruebas efectuadas durante 1.000 horas).

CREATIVIDAD SIN LÍMITES

El siglo XXI marca otra etapa importante en la historia de Jaeger-LeCoultre: la creación de los primeros relojes de pulsera con grandes complicaciones (por lo menos tres grandes complicaciones en un mismo reloj). En 2004 se lanzó el “Gyrotourbillon I”, un reloj superlativo dotado de un tourbillon que gravita sobre dos ejes, un calendario perpetuo con dos indicadores retrógrados y una ecuación del tiempo activa.
El “Reverso Gyrotourbillon 2” ofrecía por primera vez al célebre reloj reversible un tourbillon esférico. Por su parte, el “Reverso Grande Complication à Triptyque” es el primer reloj de la historia de la relojería dotado de tres esferas animadas por un solo movimiento. Y en 2008, la firma rindió homenaje al espíritu pionero de sus fundadores con cuatro series limitadas de oro rosa, cada una provista de complicaciones emblemáticas de la historia de la marca: repetición de minutos, calendario perpetuo, tourbillon y calibre extraplano.

Este año, Jaeger-LeCoultre celebra su 180 aniversario con la colección “Jubilée Hommage à Antoine Le- Coultre”, un claro tributo a la determinación, la tenacidad y la precisión de la firma.

Abr.10, 2013