MONTBLANC
El arte de escribir el tiempo
DESDE QUE LA FIRMA MONTBLANC SE EMBARCÓ EN LA AVENTURA DE CREAR RELOJES DE CALIDAD, SU MARCHA HA SIDO IMPARABLE, Y SE HA VISTO JALONADA POR MODELOS EMBLEMÁTICOS QUE LE HAN GRANJEADO UN RECONOCIDO RESPETO A NIVEL MUNDIAL. LA FIRMA, ARROPADA POR SU DOBLE MANUFACTURA, EN LE LOCLE Y EN VILLERET, SE ATREVE A INNOVAR, A SORPRENDER, A OFRECER NUEVAS Y REVOLUCIONARIAS VISIONES DE LA RELOJERÍA MECÁNICA.
Cuando en 1997 Montblanc, la firma alemana más prestigiosa del mundo en cuanto a fabricación de estilográficas, quiso dar el salto a la relojería, decidió hacerlo a lo grande, sin reparar en esfuerzos. Por ello ubicó su manufactura inicial, el alma de Montblanc Montres S.A., en Le Locle, en un pequeño palacete Art Nouveau. Se trata de un espacio en el que se funden tradición y modernidad, y del que han surgido modelos tan destacados como el “TimeWalker”, la colección “Star” o el inefable “Nicolas Rieussec”.
LA TRADICIÓN DE MINERVA
El año 2006 fue crucial para Montblanc, pues fue entonces cuando decidió apostar por Minerva, una manufactura de gran tradición, con base en Villeret. Gracias a esta colaboración, la prestigiosa manufactura se convirtió en el Institut Minerva de Recherche en Haute Horlogerie, dedicado a la relojería clásica de alta calidad y a defender la artesanía tradicional. En 2007, Montblanc realizó una considerable inversión para sostener esta experiencia y una pericia irremplazables, y para poderlas asegurar para las generaciones venideras de amantes de los relojes.
Fruto de la colaboración con minerva han surgido relojes como el “Tourbillon Bi-Cylindrique”, el “Grand Tourbillon Heures Mystérieuses”. Destacó de manera especial el “TimeWriter 1 Metamorphosis”. A este modelo le siguió el “TimeWriter II Chronographe Bi-Fréquence 1.000”, un reloj que desafía las leyes físicas, ofreciendo un modelo capaz de medir intervalos de tiempo cercanos a 1/1.000.