BREITLING
El auténtico reloj de un comandante
Un cronógrafo con certificado de cronómetro para medir los tiempos de vuelo, un segundo huso horario con graduación 24 horas para estar siempre conectado con todo el planeta, un bisel de cerámica negra high-tech irrayable: el nuevo «Chronoliner» hace una reinterpretación original y moderna del espíritu de la aeronáutica.
Los avances de la aviación a lo largo de más de medio siglo han sido fulgurantes. Los aviones han incrementado sus prestaciones de manera vertiginosa. Los paneles de instrumentos con contadores de agujas y los mandos manuales de los Super Constellation y de los primeros reactores han sido sustituidos por pantallas de ordenador y palancas de mando electrónicas. Sin embargo, hay dos cosas que no han cambiado. Los comandantes de a bordo siguen vistiendo los mismos uniformes prestigiosos y llevando en su muñeca un cronógrafo Breitling.
Inspirado en un modelo de los años 1950-1960, una época en la que Breitling era ya el “proveedor oficial de la aviación mundial”, el nuevo «Chronoliner» perpetúa su tradición dentro de un espíritu resueltamente actual. Sus señas de identidad: un ancho bisel de cerámica high-tech irrayable -uno de los materiales de síntesis más duros- con perfil estriado para facilitar su manejo y cifras de cerámica blanca de gran contraste. El segundo huso horario se lee fácilmente gracias a la aguja con extremo rojo y a este bisel giratorio con graduación 24 horas dotado de un sistema de muescado ultrapreciso. Para dar la vuelta al mundo cómodamente en avión transatlántico. Las prestaciones del cronógrafo oficialmente certificado cronómetro por el COSC (Control Oficial Suizo de Cronómetros) al igual que todos los mecanismos Breitling, aparecen indicadas en unos contadores posicionados en 12h, 9h y 6h. La esfera se distingue por su alta legibilidad digna de los instrumentos de vuelo más avanzados, con índices luminiscentes blancos que destacan sobre el fondo negro, agujas de horas/minutos sobredimensionadas y agujas de contadores igualmente con revestimiento luminiscente. La robusta caja de acero pulido, con sus 46 mm de diámetro, destaca a la perfección en la muñeca de los profesionales. El fondo lleva grabados los aviones estilizados que durante largo tiempo fueron la seña de identidad de Breitling. Esta nota inédita e intemporal va reforzada con una pulsera de acero trenzado de gran carácter y a la vez cómoda de llevar. Nuevo Chronoliner: el verdadero reloj del comandante de a bordo.