Schramberg es una pequeña ciudad alemana, situada en plena Selva Negra, cuyo nombre está profundamente ligado a la firma relojera Junghans. De hecho, hablar de Schramberg es hacerlo de Junghans, y viceversa. Desde Cronos hemos viajado a Schramberg para conocer las raíces de la manufactura germana, de apreciar su pasado y su presente, y de intuir su futuro. Hemos tenido, además, la oportunidad de hablar con su director general, Matthias Stotz. 

Cuando se visita la manufactura, se tiene constancia de que su emplazamiento en la Selva Negra es fundamental: forma parte de su historia, de sus raíces, de su tradición. “Junghans se fundó en la Selva Negra, y ha heredado las habilidades de quienes trabajaban aquí en el pasado, un lugar con inviernos muy duros, donde no podían existir grandes granjas”, explica Matthias Stotz. “En la actualidad estamos más que orgullosos de permanecer en este emplazamiento, la identidad de la marca está aquí”. 

EL RELOJ ALEMÁN

Por otra parte, al reloj Junghans se le suele considerar como el reloj alemán por excelencia. A Stotz esta afirmación le intimidaba un poco al principio, sin embargo, tras analizarla detenidamente, llegó a la conclusión de que respondía a la realidad: “a lo largo de su historia, Junghans ha sido el mayor productor de relojes de pared; desarrollamos un sistema de producción especial; hemos creado todo tipo de relojes, hasta los electrónicos, y hemos sido los inventores del reloj radiocontrolado. Todo ello sin desaparecer jamás del mercado ni padecer interrupciones. Es la marca más conocida en Alemania, y también la firma alemana que más relojes ha vendido en todo el mundo”. 

Otra de las características diferenciales de Junghans –y tal vez una de las más valoradas por los coleccionistas- es el carácter independiente de la compañía. Para Matthias Stotz, esta independencia les permite tomar más riesgos y desarrollar su propia estrategia y su propio diseño: “debemos, sin embargo, trabajar muy duro, para controlar todo el proceso de producción. Podemos decidir por nosotros mismos cuál es la dirección que deseamos tomar y la historia que queremos contar. Podemos trazar nuestro propio camino”.

UNA GRAN COLECCIÓN

Junghans cuenta con una gran colección consolidada, muy enfocada hacia elementos históricos, que se distribuye en las líneas “Meister”, “max Bill”, “Form” y en su gama de relojes radiocontrolados, como la serie “Mega”. Los diferentes relojes van dirigidos a un público amante del diseño y de la tecnología, pero tal y como explica el director general de la firma, resulta difícil establecer diferencias entre un público joven y otro más maduro: “en la actualidad nos encontramos con jóvenes a los que les gusta la línea “max Bill”, y gente de más edad que siente auténtica pasión por el reloj radiocontrolado”. 

El reloj Junghans ofrece artesanía, innovación, pasión y creación sostenible, algo que se aprecia en todo el proceso de producción de la manufactura, destacando de manera especial la escrupulosa gestión de la calidad.  

MUSEO JUNGHANS TERRASSENBAU 

Una visita obligada en Schramberg es la del museo Junghans Terrasembau, inaugurado el pasado 15 de junio en el edificio histórico de terrazas. Aquí los visitantes se sumergen en un sorprendente viaje a través de la historia de la relojería de la Selva Negra desde el siglo XVIII hasta nuestros días. 

El edificio de terrazas es un marco ideal extraordinario para el museo de relojes. Tras un costoso saneamiento y restauración se ofrece como una construcción industrial única, construida sobre una ladera. “El museo es una combinación de arquitectura, historia y diseño. Creo que esta combinación es única en el mundo”, afirma Matthias Stotz. 

Ene.02, 2020