CHOPARD
Alta Relojería en estado puro
Cuando Chopard rinde homenaje a la Alta relojería, lo hace de la manera más bella posible. Inscrita en el linaje de los relojes L.U.C 1963 y L.U.C 1963 Chronograph, el L.U.C 1963 Tourbillon concentra lo mejor de la alta relojería de Chopard. Su esfera, de extraordinaria factura, está realizada en esmalte Grand Feu. Su movimiento tourbillon está certificado por el COSC y presenta una reserva de marcha de nueve días. Además de su aspecto, elegante, clásico y discreto, el L.U.C 1963 Tourbillon es una completa obra del arte de la relojería.
El espíritu de excelencia de Chopard está presente en todos los aspectos del nuevo L.U.C 1963 Tourbillon, sus materiales, sus técnicas de realización, su movimiento, su estética y su ergonomía.
Una estrecha relación con la historia de Chopard
1963 es el año en el que la familia Scheufele se convirtió en la propietaria de la casa Chopard. Como homenaje discreto a la tradición familiar, los relojes L.U.C 1963 recuerdan directamente a la estética de los relojes de bolsillo que la casa fabricaba por aquel entonces. Esta referencia histórica es, al mismo tiempo, una fuente de inspiración relojera. El espíritu de la Manufactura Chopard es perpetuar la calidad de la producción histórica de Louis-Ulysse Chopard, el fundador de la marca, y este amor por la alta relojería se expresa de múltiples maneras.
El discreto encanto de una esfera de esmalte
La gran tradición relojera se encarna en la esfera del nuevo L.U.C 1963 Tourbillon. Sorprende por su luminosidad, por la intensidad de su color blanco y por su brillo natural. Está realizada en esmalte Grand Feu tradicional. El esmalte Grand Feu, siendo muy delicado, al mismo tiempo convierte a la esfera en inalterable. Está formado por una placa espolvoreada con polvo de esmalte, que luego se introduce en un horno a alta temperatura (900°C), de ahí proviene la apelación Grand Feu. La operación, manual y artesanal, se repite en varias ocasiones, a riesgo, cada una de ellas, de que la esfera se deteriore.
A continuación, la esfera se pule a mano para borrar las micro-burbujas que se han formado en su superficie. Finalmente, se aplica una última capa, denominada de « fondant », o fuego de glaseado, un esmalte transparente, que le confiere un brillo único. Chopard renueva el discreto y anticuado encanto de las esferas de esmalte y mantiene un saber hacer artesanal ancestral. Las complicaciones del L.U.C 1963 Tourbillon aparecen entonces.
Un nuevo calibre adaptado a la esfera de esmalte
El calibre L.U.C 02.19-L1 es una evolución del 02.01-L, cuyo grosor ha sido rebajado en 0,6 mm. Chopard ha dejado así sitio a la esfera de esmalte, por naturaleza más gruesa que las habituales. Este excepcional calibre está provisto de un tourbillon a las seis horas, y de una duración de la marcha de 9 días. Presenta un puente de tourbillon con dos puntos de fijación frente a los cuatro habituales. Perforado, afinado, está cuidadosamente achaflanado y satinado para coronar la belleza de los acabados del movimiento.
El indicador de la reserva de marcha, situado a las 12 horas, está graduado sobre ocho días, y nos recuerda que el calibre L.U.C 02.19-L1 está dotado de la tecnología patentada Quattro®, que aporta al movimiento una autonomía de 216 horas. Sus cuatro barriletes proporcionan su energía al movimiento de una manera fluida y regular, participando así en la calidad cronométrica de este excepcional reloj.
Mar.31, 2015