En el año 2006, Karl-Friedrich Scheufele, presidente de la Chronométrie Ferdinand Berthoud, empezó a reunir, con enorme paciencia, una importante colección de objetos relacionados con la media del tiempo, entre los que se encontraba una serie de destacadas piezas firmadas por Ferdinand Berthoud.
Scheufele, por respeto y admiración hacia el destacado mecánico-relojero, escritor e inventor de talento Ferdinand Berthoud, organizó un equipo para que trabajara intensamente en la creación de unos cronómetros que el mismo Berthoud podría haber creado, de haber vivido en nuestros días. Los primeros frutos de este trabajo fueron el “Chronomètre Ferdinand Berthoud 1.1”, galardonado en 2016 con la Aguja de Oro del Gran Premio de Relojería de Ginebra, y el “FB 1.2”. Ahora, el nuevo componente de esta exclusiva colección es el “Chronomètre Ferdinand Berthoud FB 1.3”, que se ha producido en una serie limitada y numerada de 50 ejemplares.

ESTRUCTURA CARACTERÍSTICA
Este movimiento de carga manual contiene 15 puentes y 3 semipuentes de alpaca, encerrados por pilares de titanio pulido, rodeando los órganos mecánicos. Esta construcción es característica de los cronómetros marinos del siglo XVIII, y permite a los ojos de buey del reloj mostrar su interior.
Además, este movimiento es uno de los pocos que presentan una transmisión mediante cadena y huso, que es la solución más antigua para que el escape obtenga una fuerza constante. Cuando el movimiento está totalmente armado -53 h de reserva de marcha-, la cadena se encuentra enrollada sobre el pequeño diámetro del huso. Es entonces cuando el resorte del barrilete dispone de su máxima potencia. Esta fuerza disminuye a medida que pasa el tiempo, al ir enrollándose la cadena sobre el tambor y pasando del pequeño al gran diámetro del huso. La variación del diámetro del huso compensa entonces la disminución de la energía del par en el resorte del barrilete. El escape recibe así una energía constante, lo que iguala la amplitud del volante y mejora la precisión cronométrica del movimiento.
La particularidad del calibre FB-T.FC es que su barrilete y su huso están invertidos, colocados boca bajo y, sobre todo, que están colgando. Solo se sujetan por un lado. Esto permite ahorrar unos milímetros preciosos y contribuyen en la delicadeza del movimiento, de tan solo 7,96 mm de grosor. Esta construcción es objeto de una solicitud de patente.

CONSTRUCCIÓN EFICIENTE
Muy característico de los mecanismos de huso-cadena, el barrilete del calibre FB-T.FC está dotado de un dispositivo de parada de “Cruz de Malta”, que permite limitar el número de vueltas de armado del resorte motor a unas 6 vueltas, para de este modo solo utilizar la parte más estable de este resorte y no llegar hasta el extremo. Este dispositivo también ejerce una función de tope cuando el barrilete está armado hasta el final.
Por su parte, el tourbillon está formado por 57 elementos agrupados en una jaula de titanio de 16,55 mm de diámetro, fijada a un arco de acero en forma de flecha, cuya cabeza apunta entre el barrilete y el huso. Un gran balancín de inercia variable está regulado y equilibrado mediante cuatro cabezas perdidas de alpaca dorada. Está acoplado a un espiral regulador autocompensador, fabricado en una aleación inoxidable, de curva Philips moldeada a mano por los expertos de la firma. El “Chronomètre Ferdinand Berthoud FB 1.3” es uno de los pocos tourbillones que poseen un segundero central.

INNOVADORA RESERVA DE MARCHA
El dispositivo de la reserva de marcha, objeto de una solicitud de patente, es muy sofisticado. Un cono truncado asciende y desciende sobre un tornillo sin fin, conectado al barrilete. Sobre este cono suspendido se sitúa un palpador, un brazo terminado en un rubí, cuya posición sobre el cono refleja la del armado. A su vez, el palpador está unido a la aguja de la reserva de marcha, cuyas graduaciones están grabadas en la misma platina y son visibles a través de una abertura situada en la esfera.

Ene.10, 2018