EL COTTON HOUSE HOTEL SE ALZA IMPONENTE EN LA ANTIGUA SEDE DE LA FUNDACIÓN TEXTIL ALGODONERA, EN PLENO EIXAMPLE BARCELONÉS. SE UBICA EN UN EDIFICIO DEL SIGLO XIX, DE ESTILO OCHOCENTISTA NEOCLÁSICO, QUE ES TODO UN REFERENTE DE LA CIUDAD CONDAL. LE DISTINGUE SU SERVICIO PERSONALIZADO Y EXCLUSIVO.

El proyecto de restauración del Hotel de 5 estrellas Cotton House puso especial cuidado en mantener y recuperar todos los elementos originales del edificio, y de su decoración se ocupó el aclamado interiorista Lázaro Rosa-Violán, que reflejó en los distintos espacios un estilo contemporáneo y sofisticado, y con todas las funcionalidades necesarias para garantizar un servicio y una confortabilidad de alto nivel.
Se han conservado los elementos originales del inmueble, como la imponente escalinata de mármol, delicados parqués y boiseries que ornamentan techos, suelos y paredes. También se ha mantenido la escalera de caracol, construida en 1957, cuya característica principal es que no se apoya en el suelo inferior, sino que está suspendida del entramado metálico del piso más alto del edificio. Como muchas construcciones del barrio, el Cotton House dispone de un patio interior ajardinado.

 

ESPACIOS SELECTOS
El Cotton House cuenta con un cosmopolita Cocktail bar & restaurante, llamado “Batuar”, donde ofrecen un servicio ininterrumpido de una apetitosa carta, desde las 7 de la mañana hasta la medianoche.
Entre sus servicios, destacan la biblioteca, la terraza, la piscina exterior y el gimnasio. En L’Atelier, el Cotton House recupera la esencia de su tradición, ofreciendo a sus huéspedes un servicio artesanal de sastrería a medida.

ZACAPA ROOM
El pasado mes de diciembre, el Cotton House Hotel acogió la Zacapa Room, un sugerente espacio sensorial para disfrutar y conocer el ron. En esta ocasión, María Marte, con dos estrellas Michelin y al frente del Restaurante Club Allard de Madrid, fue la chef que fusionó el ron Zacapa con la alta gastronomía. En este encuentro, respondió a nuestras preguntas.

CRONOS: Usted cuenta con dos estrellas Michelin, y este año ha sido galardonada por la Real Academia de Gastronomía de España y la Cofradía de la Buena Mesa con el Premio Nacional de Gastronomía al Mejor Jefe de Cocina. ¿Qué siente cuando echa la vista atrás y ve todo lo que ha conseguido?

MARÍA MARTE: me siento, aparte de muy feliz, muy orgullosa y satisfecha con mi carrera, en cómo empecé y hacia dónde me dirijo. Estoy además muy agradecida a los medios de comunicación, que me han dado tanto seguimiento y sobre todo reconocimiento. Y todos estos grandes premios me estimulan a seguir trabajando con el corazón.

C.: ¿Cómo fueron sus inicios en España, y posteriormente en el Club Allard?
M.M.: yo llegué a Madrid en el año 2003, y entré a trabajar en el Club Allard. Empecé dedicándome a la limpieza en el office, y fregando platos, y de ahí fui ganando posiciones, hasta que hoy me presento ante vosotros como una cheff ejecutiva con dos estrellas Michelin.

C. ¿De qué le viene esa pasión y por qué decidió dedicarse a la cocina profesionalmente?
M.M.: Yo, la verdad es que crecí rodeada de fogones. Mi madre fue una gran pastelera, y mi padre cocinero, y yo heredé un poco de las dos cosas. Pero sobre todo me apasiona la cocina y descubrir cada día productos y sabores nuevos: eso me impulsa a seguir creando.

C.: ¿Hacia dónde se dirigen las tendencias gastronómicas en estos momentos?
M.M.: Yo creo que las tendencias gastronómicas vienen para quedarse. La Alta Cocina no es una moda, como se ha dicho en alguna ocasión: es una lucha constante. Para mí, lo más importante es continuar haciendo cosas interesantes a partir de una buena receta tradicional.

C. ¿Cómo te sientes al ser la única mujer de Madrid con dos estrellas Michelin?
M.M.: A veces me siento como el patito feo, pero luego recapacito: estoy aquí con un propósito, y seguiré trabajando y haciendo las cosas bien hechas. Yo creo que ser la única mujer cada día me compromete más. Vivo rodeada de hombres, pero me gusta decir que yo llevo los pantalones, así que me siento muy bien, como pez en el agua.

C.: La cocina es un arte que necesita tiempo, y que a su vez requiere un control del tiempo muy pautado. ¿Cree que el arte de la cocina está relacionado, en cierto modo, con el de la relojería?
M.M.: Bueno, no dejan de ser grandes joyas: un buen reloj, una buena cena, una buena comida. Yo creo que al final todo en la vida tiene cierta relación. En el Club, por ejemplo, se presentan grandes firmas de relojes, con lo que, en cierto modo, el mundo del lujo se une al de la gastronomía.

C.: ¿Podrías destacar alguna marca relojera que te guste, o con la que te sientas identificada?
M.M.: Me encanta un Cartier, y también un Bvlgari. Son caprichos que uno se va dando, y que no vienen nada mal.
Más información: Gran Via de les Corts Catalanes, 670. www.cottonhouse.com

Feb.17, 2016