ESTANQUEIDAD

Preparados para grandes profundiades

Imagen de IWC, socio de la Fundación Charles Darwin

Imagen de IWC, socio de la Fundación Charles Darwin

En cualquier reloj, y especialmente en los divers, la caja se presenta como el elemento básico. Por lo general, los relojes de buceo se fabrican con cajas de acero de alta resistencia, o bien en materiales más ligeros, como el titanio o en algunas aleaciones especiales, desarrolladas a menudo por las propias marcas.

La caja suele dividirse en dos partes: el cuerpo principal y el fondo. En la parte superior se coloca el cristal, sujeto por un aro o bisel protector. Para evitar filtraciones, el reloj de buceo posee fondo roscado o atornillado, que garantiza una impermeabilidad mucho mayor que un fondo a presión.

Otra posibilidad aún más estanca es una caja fabricada en una sola pieza y conocida como monobloc. Para acceder al movimiento, hay que hacerlo por su parte superior, normalmente desmontando el bisel.

PROTEGER LA CORONA

La corona es uno de los elementos más importantes del reloj, pero también uno de sus puntos débiles, pues puede comportarse, ni más ni menos, que como una vía de entrada de agentes externos.

En primer lugar, cualquier reloj de carácter deportivo debería salvaguardar bien su corona de dos maneras fundamentales: externamente, mediante salientes o piezas protectoras, ocultándola o ubicándola en una posición menos sujeta a los golpes; e internamente, equipada con juntas tóricas de goma que la sellen debidamente a la caja. Normalmente dichas juntas se colocan en el interior de la corona y en el tubo que contacta mediante rosca o presión con la caja. Cabe destacar que los relojes que aseguran mayor hermeticidad disponen de coronas roscadas.

CRISTALES DE GRAN GROSOR

La característica caja del "Nautilus" de Patek Philippe, inspirada en la escotilla de un barco.

La característica caja del «Nautilus» de Patek Philippe, inspirada en la escotilla de un barco.

En los relojes de inmersión el cristal debe ser de mayor grosor y mayor dureza, puesto que está expuesto a grandes presiones, rayaduras y golpes.

Suelen ser planos o ligeramente abombados, y sus grosores oscilan entre los dos y los cuatro milímetros. Si se trata de relojes capaces de resistir más de 500 m de profundidad, los grosores pueden superar los 5 mm. El cristal de zafiro es el más resistente. En los relojes de mayor calidad, los cristales reciben tratamientos antirreflectantes.

LA FUNCIÓN DEL BISEL

Si en cualquier reloj el bisel es una pieza de gran importancia, en el caso de los divers, este elemento resulta vital, ya que será el encargado de controlar el tiempo de la inmersión, así como el tiempo de las paradas de seguridad al acabar la inmersión.

El bisel, ya sea interno o externo, estará graduado y destacará de manera especial los primeros quince minutos. Cuando el submarinista inicie sus paradas de seguridad, colocará el bisel haciéndolo coincidir con la manecilla minutera. De esta manera, recibirá la necesaria información acerca del transcurso de los minutos.

Válvula de helio patentada de un reloj de Ball Watch.

Válvula de helio patentada de un reloj de Ball Watch.

LA VÁLVULA DE HELIO

La válvula de helio no ayuda a asegurar la hermeticidad en sí, lo que sí hace es mantener la integridad interna del reloj. Está presente en determinados relojes de buceo, porque fuera del medio acuático su presencia no tiene ningún sentido.

Para buceo deportivo (sin uso de cámara hiperbárica), la válvula tampoco tiene ningún sentido, pero resultará imprescindible para los buceadores profesionales que trabajan a grandes profundidades, y que pueden pasar largas jornadas en cámaras hiperbáricas. Estas tienen la misma presión que en el exterior. El objetivo es no someter al buceador a continuos cambios bruscos de presión. La mezcla de aire que se respira en el interior de estas cámaras contiene helio. Algunas moléculas de este gas pueden penetrar en el interior de la caja del reloj. Después del trabajo realizado, la cámara va empezando a reducir la presión interior. Siguiendo los postulados de la ley de Boyle-Mariotte, la disminución de la presión hace que las moléculas de gas aumenten de tamaño. En ese momento debe abrirse la válvula para permitir la evacuación de tales gases. Si no se abriera el agrandamiento de las moléculas en el interior del reloj, dañaría irremediablemente el mecanismo.

Las válvulas son de dos tipos: la manual roscada y la automática. La manual debe desenroscarse manualmente. Tiene el inconveniente de que es preciso asegurarse de que siempre esté bien roscada para evitar la entrada de agua en el interior. Las automáticas se activan cuando aumenta mucho la presión interna del reloj. No hay que preocuparse por ellas, puesto que se activan de forma automática.

ATMÓSFERAS, BARES Y METROS

"Rolex Sea Dweller Deepsea Challenge"

«Rolex Sea Dweller Deepsea Challenge»

En la mayoría de los casos, las marcas expresan la estanqueidad en metros o en atmósferas.

Una atmósfera técnica equivale a una presión de aproximadamente 1 kg/cm2. Relacionando esta medida con la de la presión ambiental, equivale a 1 bar y a 1000 milibares.

Por cada diez metros de inmersión, la presión aumenta 1 atmósfera. Por tanto, un reloj resistente a 5 atmósferas resistirá una presión equivalente a 40 m, y un reloj resistente a 100 bares, resistirá una presión de 100 kg/cm2 que es la que existe a 1000 m de profundidad.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la presión anunciada por el fabricante no refleja realmente la profundidad a la que podemos someter el reloj. Las indicaciones que otorga la firma relojera hacen referencia a una presión estática en laboratorio, sin considerar las condiciones de humedad, cambios térmicos, corrosión de la sal, etc.

Un reloj con una estanqueidad de 30 m resistirá salpicaduras; uno de 50, natación esporádica en superficie. Con 100 m se podrá practicar snorkel o natación. Para bucear, es recomendable que el reloj resista más de 150 m.

LÍMITES IMPOSIBLES

A pesar de que el hombre aún no ha podido descender más allá de los 700 m, las grandes marcas se afanan por conseguir una estanqueidad aparentemente imposible. De cualquier modo, un reloj preparado para resistir una presión de 1000 m estará sobradamente preparado para soportar las condiciones del buceo deportivo.

En los relojes que soportan presiones de 500 m (50 k por centímetro cuadrado) o de 500 a 1000 m, las cajas, cristales y coronas son mucho más fuertes y resistentes que en los divers que garantizan estanqueidades inferiores.

La mayoría de los relojes de gran profundidad se detienen en los mil metros. En cuanto a los 3.000 m, este parece ser el límite de resistencia que pueden superar los relojes “en vacío”, es decir sin ningún relleno interior. Estos modelos excepcionales pueden soportar una presión de 300 atmósferas, lo que supone 300 k por centímetro cuadrado. Los cristales aumentan en mucho su grosor, y las juntas se refuerzan al máximo.

Más allá de los 4.000 m, los relojes deben adoptar medidas que los hacen poco aptos para el uso cotidiano. Sin embargo, existe un sistema para que, sin aumentar su tamaño, sean capaces de sumergirse hasta lo más profundo. El secreto de estos relojes radica en el relleno interior de su caja. Se hace con un líquido incomprimible, lo que los convierte en resistentes hasta la profundidad más extrema. Se identifican por una pequeña burbuja que aparece en su esfera. El relleno del reloj, no obstante, solo puede convivir con un movimiento de cuarzo, ya que los engranajes de un reloj mecánico se inutilizarían bañados en el líquido.

LA IMPORTANCIA DE LAS JUNTAS

Las juntas son grandes responsables de la estanqueidad de un reloj. En un principio eran de plomo y tenían una sección plana. Posteriormente el plomo fue sustituido por el caucho y por materias plásticas.

En las cajas y los fondos, las juntas se insertaban en lugares apropiados, y protecciones similares se insertaban en la rosca de la corona y en los pulsadores cronográficos. Las juntas deben ser sometidas a controles periódicos, sobre todo, si el reloj se utiliza durante largas temporadas y en lugares cálidos.

UN CASO ESPECIAL

7e2a7bc6de8db5ab73702ead54a99edc_XLUn caso especial es el del reloj “Oceana”, del relojero Aniceto Jiménez Pita, el único modelo con caja totalmente estanca.

Según Jiménez Pita -único miembro español de la AHCI-, la idea surgió como respuesta a la pregunta de un cliente, que le proponía crear un reloj de buceo. En su momento, el relojero respondió que realizaría un reloj de buceo cuando consiguiera eliminar los puntos débiles del mismo (corona, tapas, juntas, algunos vidrios, etc.), así como sus problemas de mantenimiento.

Tras la celebración de Baselworld 2005, Jiménez Pita empezó a ordenar sus ideas, tomando como base su sistema Pita TSM (Time Setting Mechanism), patentado un año anterior. Este sistema se basaba en una simplificación del sistema de remonte, a partir del cual se eliminaba la corona, y que permitía cargar el reloj mediante el fondo de la caja.

En su taller, y tras numerosos bocetos, dibujos y prototipos, consiguió desarrollar una caja realmente estanca, para la que ideó el sistema Pita RT (Remote Transmision), patentado antes de darlo a conocer. Este sistema, aplicado al mencionado sistema STM, consiste en la puesta en hora y en la cuerda remota desde fuera de la caja.

Como fruto de este trabajo, Pita Barcelona -firma creada por el prestigioso relojero- consiguió presentar su primer prototipo del reloj “Oceana” en Baselworld 2006, “causando un gran revuelo y admiración”. Y no es para menos, ya que el “Oceana” era capaz de resistir a 5.000 m de profundidad, una cifra hasta ahora no igualada, y menos en relojes mecánicos; ofrece un excelente rendimiento en el medio acuático, donde el único acceso al movimiento es a través del vidrio, evitándose la entrada o salida de ningún tipo de líquido o gas. Asimismo, es el único reloj de inmersión que puede ser puesto en hora bajo el agua, y al que es posible ajustar la hora tanto hacia adelante como hacia atrás sin que ello afecte a su amplitud.

Sep.25, 2014