PERE QUERA JOIERS Y ROLEX

Exposición "Daytona"

Pere Quera Joiers acoge, en primicia en España y en exclusiva en 2013, una exposición itinerante sin precedentes: “De Daytona al Cosmograph Daytona. Pasión por la velocidad”. La muestra estará presente hasta el 30 de noviembre.
Esta exposición mostrará la excelencia de Rolex en torno a uno de sus modelos más avanzados, estética y tecnológicamente, el «Daytona», así como los éxitos automovilísticos patrocinados por Rolex alrededor de este cronógrafo.
Pere Quera Joiers, distribuidor oficial de Rolex en Girona, comparte con la casa suiza valores de excelencia y apuesta por el trabajo artesanal que se materializan en una zona de más de 60 m2 en la joyería, dedicados a Rolex.

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TODO UN CLÁSICO
El Oyster Perpetual Cosmograph Daytona celebra en 2013 cincuenta años de una historia marcada por la pasión por la velocidad y el automovilismo. Creado por Rolex en 1963, este modelo legendario se ha ganado sus títulos de nobleza en los circuitos automovilísticos por su fiabilidad y prestaciones, y ha alcanzado el rango de icono bajo el nombre de «Daytona» como el cronógrafo más famoso y más demandado del mundo. «Daytona»: un nombre evocador que, antes de quedar indisociablemente ligado a uno de los modelos más emblemáticos de Rolex, se forjó su propia leyenda, compuesta por récords de velocidad, potentes motores, carreras sobre la arena y hazañas mecánicas.

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NACE UNA LEYENDA
Todo comienza en la playa de Daytona, en Florida. Esta larga franja de arena dura y llana, que se extiende a lo largo de más de 35 kilómetros se convierte a partir de principios del siglo XX en uno de los lugares más míticos de la conquista de la velocidad y de la carrera automovilística. Allí se establece el récord del mundo de velocidad en 14 ocasiones, entre 1904 y 1935. Esta verdadera pista natural de excepcionales características, con su arena allanada por el océano Atlántico, atrae a pioneros del automóvil de todos los rincones de Estados Unidos y Europa, que llegan aquí a enfrentarse al volante de los coches más potentes de la época.
Estas hazañas mecánicas, de impacto mundial, enseguida le valen a Daytona el título de capital mundial de la velocidad. Una carrera desenfrenada que culminará en marzo de 1935 con el récord del británico, Sir Malcolm Campbell y su famoso bólido Bluebird a 445 km/h (276 mph). Unos meses más tarde rebasará la mítica barrera de las 300 mph, pero esta vez en Bonneville Salt Flats (Utah). Desde principios de la década de 1930, el que pasará a formar parte de la historia como el rey de la velocidad porta un reloj Rolex Oyster.

EL RELOJ DEL PILOTO
La tradición de Daytona por la carrera automovilística, celebrada de forma épica en la playa hasta finales de la década de 1950, pasa a tener lugar posteriormente en el circuito Daytona International Speedway, templo de la velocidad construido en 1959 como uno de los primeros Super Speedway del mundo. En este gigantesco anfiteatro de la era moderna, de 4 kilómetros de circunferencia, con curvas de 31 grados de peralte que permiten vertiginosas aceleraciones, se celebran todos los años competiciones automovilísticas tan vibrantes y prestigiosas como la Daytona 500 y la Rolex 24 at Daytona. Esta prueba de resistencia de 24 horas, que se configura como el equivalente americano de las 24 Horas de Le Mans, está considerada por los pilotos más curtidos como una de las más difíciles del mundo.
Es este mítico circuito, heredero de una de las formidables historias de la velocidad y las carreras automovilísticas del mundo, el que va a dar nombre al cronógrafo que Rolex dedica en 1963 a los pilotos y los apasionados por los deportes mecánicos: el «Cosmograph Daytona». Un cronógrafo innovador por la gran legibilidad de sus funciones gracias al enorme contraste de sus contadores y a que la escala taquimétrica ya no se sitúa sobre la esfera, sino sobre el bisel. Una estética muy deportiva directamente motivada —como ocurre a menudo en Rolex— por consideraciones funcionales destinadas a responder a las necesidades del usuario y a hacer del «Daytona» el mejor instrumento de medición del tiempo y la velocidad en un circuito automovilístico.

LA LEYENDA CONTINÚA
En 50 años, el «Cosmograph Daytona» ha creado su propio mito. Desde mediados de la década de 1960, se erige en trofeo de los vencedores de las 24 Horas de Daytona, carrera que comenzó un año antes de su lanzamiento, en 1962, y bautizada en 1992 como Rolex 24 At Daytona. Aun hoy en día, ganar un cronógrafo «Daytona» constituye la recompensa suprema para los mejores pilotos de resistencia del mundo, que se enfrentan entre sí todos los años en el mes de enero.
El «Cosmograph Daytona» es, asimismo, el Reloj Oficial de las 24 Horas de Le Mans y el cronógrafo que porta Tom Kristensen, embajador de Rolex y único piloto que ha ganado nueve veces la prestigiosa carrera de resistencia francesa. En 2013 Rolex refuerza aún más su vínculo con los deportes mecánicos al convertirse en uno de los principales patrocinadores de la Fórmula 1™, un acercamiento que subraya una pasión compartida por el rendimiento, la innovación, la precisión y la excelencia.
En la saga del Daytona, por supuesto, hay que hablar también del papel representado por Paul Newman en los años 70. Durante décadas, la estrella hollywoodiense de clase legendaria y apasionado piloto de automovilismo llevará un «Cosmograph Daytona», tanto en su vida diaria como en los circuitos, concretamente un modelo con una esfera particular que los coleccionistas asociarán con su nombre y con su aura.
Pero como toda leyenda, el éxito mundial del «Cosmograph Daytona» conserva también su parte de misterio. El cronógrafo de Rolex, que goza de una gran aceptación por parte de los pilotos y brilla con la aureola de una prestigiosa herencia, ascendió rápidamente al rango de icono tras la presentación, en 1988, de un nuevo modelo completamente rediseñado y de cuerda automática. Un fenómeno sin precedentes y de enorme alcance, que no ha disminuido después de 25 años y que se exacerba aún más a partir del año 2000, cuando Rolex equipa el «Cosmograph Daytona» con un nuevo movimiento automático de alto rendimiento íntegramente diseñado y fabricado de forma interna. Este movimiento, emblemático del savoir-faire relojero y de la potencia tecnológica de Rolex, se impone por sus numerosas innovaciones como una nueva referencia de cronógrafo en términos de robustez, fiabilidad y precisión. En 2013, el «Cosmograph Daytona» se corona de una manera suprema al convertirse en el primer modelo «Oyster» de la gama «Profesional» que se edita en platino, metal precioso más noble, con un espectacular bisel monobloque Cerachrom de cerámica.
Cincuenta años después de su creación, el «Cosmograph Daytona» no ha dejado de evolucionar para alcanzar en la actualidad un estatus en el firmamento de los cronógrafos deportivos. El objetivo de Rolex, sin embargo, permanece intacto: esforzarse por diseñar y fabricar el cronógrafo que más se ajusta a sus exigencias de calidad y funcionalidad.

Nov.15, 2013