En nuestra revista de noviembre-diciembre nos introducimos en el mundo del cine. Y es que la relación entre cine y relojería es visible ya desde los albores del arte cinematográfico. En nuestro artículo hacemos un recorrido histórico a través de esta pasión compartida, que se inicia en el cine mudo -¿quién no se acuerda de Harold Lloyd colgado de un gran reloj de torre al final de la película «El hombre Mosca»-, y que en la actualidad está más viva que nunca. Nos acordamos, entre otros, del reloj de Chaplin, del «Monaco» de Steve McQueen y del «Daytona» de Paul Newman; del «Tissot» de «La Ventana Indiscreta»; de los Hamilton que han aparecido en tantas y tantas películas, y de los distintos relojes que lució James Bond al servicio de su Majestad.

Plasmamos asimismo la relación existente entre los relojes y los clásicos del motor, piezas icónicas que se relacionan con pilotos, bólidos y circuitos míticos.

Nuestra sección «Términos» se centra en grandes avances relojeros que la industria ha desarrollado en los últimos tiempos. Entre estos podemos hablar de los revolucionarios escapes de Ulysse Nardyn y Girard-Perregaux, de los nuevos sistemas de tracción de TAG Heuer o del revolucionario «Sensor de G» de Richard Mille.

Destacamos también nuestro apartado «A Fondo», que en esta ocasión se centra en los modelos en esqueleto. Son piezas que fascinan a todos los amantes de la relojería por mostar abiertamente el baile de engranajes de sus movimientos.

Oct.02, 2014